INSPECCIÓN NACIONAL DE HISTORIA ORIENTACIONES VINCULADAS A LA
IMPLEMENTACIÓN DE LAS PRUEBAS DE ACREDITACIÓN
JUNIO - JULIO
Al aproximarnos a una instancia de evaluación pautada por normativa, esta Inspección entiende pertinente recordar el planteamiento de inicio que acompañó al documento anterior, referido a las Pruebas Semestrales , en el sentido de que toda 1 evaluación constituye una instancia para la reflexión en torno a las prácticas sobre la enseñanza de la Historia y sobre la concepción que los docentes tienen en referencia a estas.
Las evaluaciones son también oportunidades para poner en diálogo las decisiones adoptadas respecto a: los propósitos del curso explicitados en el plan anual, el diagnóstico inicial, las metodologías educativas y los recursos didácticos empleados para el logro de aprendizajes significativos, entre otras.
En esta oportunidad, y ante la instancia de las Pruebas de Acreditación, la Inspección de Historia propone a los profesores las siguientes consideraciones, como parte del 2 acompañamiento que le es inherente:
- La pertinencia de retomar la lectura del apartado Orientaciones para la evaluación presente en todas las propuestas programáticas oficiales.
- La importancia de incorporar a la instancia de las Pruebas Tribunalizadas otra u otras previas, de interacción con los estudiantes que deberán rendir. El propósito no se limita a acordar temas y explicar contenidos, sino generar un espacio para compartir los criterios de evaluación.
- Lo anterior refiere a que, como señalan Sanmartí (2007) y Harf (2015), cuando el estudiante conoce lo que se espera de él, puede autorregular mejor su aprendizaje y avanzar hacia el desarrollo de la autonomía. Esta instancia previa de intercambio entre docente y estudiante contribuye a fortalecer la confianza en el proceso educativo, y minimiza la posibilidad de que el estudiante se forme una percepción de arbitrariedad respecto a la instancia de evaluación.
- Desde un posicionamiento que considera la evaluación como una herramienta para aprender, no solo para calificar, compartir los criterios de evaluación puede aportar además a generar mayor disponibilidad en los estudiantes.
- La pertinencia de plantear las pruebas de acreditación en una diversidad de formatos: escritos, orales, entrega de proyectos, que los docentes integrantes del Tribunal entiendan como más convenientes y contextualizados.
- Asimismo se sugiere, al momento de diseñar las propuestas, considerar la situación de los estudiantes que requieren de Ajustes Razonables, para minimizar las barreras que puedan condicionar sus trayectorias.
- La especial importancia de la variable tiempo, al momento de definir la propuesta. Al igual que los contenidos a evaluar, el tipo de actividades a proponer, y los propósitos que llevan a lo anterior, el tiempo asignado a su resolución es fundamental para generar una propuesta coherente, situada, y en sintonía con las características de los estudiantes a quienes está dirigida (Harf, 2015).
- Con el propósito de promover aprendizajes significativos, pero siempre en forma situada, se sugiere cuidar, al momento de diseñar las propuestas de evaluación para esta instancia, que las mismas tengan un equilibrio interno, involucrando actividades más sencillas y concretas, (como una línea de tiempo comparativa, a modo de ejemplo) y otras más desafiantes que permitan trascender la memorización de secuencias de información. . En relación a estas últimas, y a manera de ejemplo, citamos, entre muchos otros posibles: establecer relaciones temporales y causales entre procesos históricos; invitar a los estudiantes a encontrar similitudes entre diferentes dinámicas o procesos históricos; reflexionar sobre el papel de los diferentes actores sociales en los procesos de cambio; habilitar un espacio para la metacognición acerca de su propio proceso de aprendizaje de los distintos temas; abordar los desafíos que puede enfrentar una sociedad al construir, o reconstruir, una democracia; proponer el desafío de construir relaciones temporales y conceptuales mediante el trabajo con fuentes; invitar a vincular la historia nacional con el entorno local, y la propia experiencia del estudiante; proponer una mediación entre el conocimiento académico y la apropiación personal de los contenidos evaluados, desarrollando empatía histórica, etc. Todo lo anterior representa un listado de oportunidades significativas para promover aprendizajes profundos y contextualizados (Sanmartí, 2007; Harf, 2015).
- Un apartado especial es el de los estudiantes que adeudan Historia en el marco del Plan 2006. Estos tienen derecho a dar examen conforme a las categorías, modalidades y plazos establecidos en dicho Plan. Las sugerencias y orientaciones brindadas por la Inspección en su oportunidad continúan vigentes y aplican a esta situación, así como lo dispuesto reglamentariamente.
- Finalmente se hace hincapié en la relevancia de acuerdo entre los miembros de los tribunales a formarse. Estos docentes, en diálogo con: los programas analíticos que presenten los estudiantes (entregados por los profesores con quienes trabajaron), las trayectorias realizadas con los colegas que pudieron acompañarlos en la preparación de la instancia desde el Liceo y los criterios propios del Tribunal, arriben a consensos que propendan a evaluar saberes y habilidades disciplinares que promuevan el continuar aprendiendo Historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario