EL ARTE EN LA CLASE DE HISTORIA VI
LA MUJER ARTISTA EN EL MARCO DEL IMPRESIONISMO (ÚLTIMO CUARTO DEL
SIGLO XIX)
Prof. Mónica Salandrú
Es conocido por
todos que el discurso historiográfico ha ignorado por décadas la inclusión de
referencias a la producción de obras de artistas mujeres. Y a esta
invisibilidad como sujeto creador, se corresponde una hipervisibilidad de
la mujer en tanto objeto de
representación.
Guerrilla Girls. "¿Tienen que estar desnudas las mujeres para entrar en el Metropolitan?", 1989, póster
Debemos esperar
hasta los años 70 y 80 del siglo pasado
para que, a la luz de las teorías feministas y la difusión que de las mismas
realizaron sus representante, se comience a alumbrar a las mujeres creadoras
del pasado, así como a las intelectuales estudiosas del arte y su historia.
Durante el
siglo XIX la mujer estuvo excluida de lo que se consideraban los grandes géneros
pictóricos: el mitológico y el histórico, que requerían de un manejo avanzado
de la representación del cuerpo, en especial del desnudo, ya que tenían vedado
su ingreso a las academias y escuelas públicas donde se estudiaba el desnudo
masculino, espacios reservados a los artistas varones (que a su vez podían
estudiar también el desnudo femenino en escuelas privadas). Las mujeres
quedaron relegadas así a pintar retratos y bodegones, géneros considerados
menores por la academia de entonces. Esta exclusión forma parte del lugar que
la sociedad burguesa del siglo XIX le asignaba a la mujer, lugar en el que
tampoco se consideraba propio de una mujer “digna” recorrer libremente la
ciudad, frecuentar sus cafés, etc. Estas trabas no impidieron que algunas
mujeres artistas salieran a la luz pública en el siglo XIX y generaran una obra
que hoy ocupa un importante lugar en la historia del arte de ese período.
El grupo de los
impresionistas, que cuestionó a la academia tradicional y salió al aire libre a
pintar la luz y la ciudad, contó entre sus integrantes a algunas mujeres que
consiguieron destacarse con su producción, pero que aun así en su pintura no
consiguieron incluir más que aquellos espacios que la ideología burguesa
dominante les asignaba como suyos: la casa, los barrios circundantes y los
paseos de la burguesía: parques, teatros, la ópera. Y aquellas escenas con
actividades reservadas a la mujer: los niños, las actividades del aseo y las
rutinas del hogar, la música, los paseos…
Berthe Morisot
(1841-1895) y Mary Cassatt (1845-1926) fueron dos de estas artistas, y pintaron
obras consideradas hasta hoy como piezas clave en la historia de este
movimiento. Ambas trataron siempre temas de la vida diaria de mujeres de
elevado nivel social, que vivían sin preocupaciones en un mundo tranquilo y
cerrado.
Obras
sugeridas:
1)
Berthe
Morisot. La cuna. 1872. Museo de Orsay,
Paris. Óleo sobre lienzo, 56 x 46 cm
La
cuna se expuso en la primera muestra impresionista,
celebrada en 1874. Morisot fue la única mujer artista que participó en ella y
estuvo representada nada menos que con ocho obras. Los personajes de esta
escena son su hermana Edma y la hija de ésta, Blanche, nacida en 1871. El
cuadro desprende un aire de cálida intimidad y refleja la entrañable relación
existente entre la madre y su hija. Edma, sentada al lado de la cuna, vela con
ternura el sueño de la recién nacida, que duerme con la manita derecha a la
altura de la cabeza. La cortina de gasa sólo permite ver de forma difuminada la
cara del bebé, ligeramente vuelta hacia el espectador. El perfil de Edma, sobre
el que cae una cálida luz, está definido con trazos cuidados y decididos. La
pintura impresionista de la década de 1870 se esforzaba por fijar el instante
en un mundo en constante cambio. El cuadro de Berthe Morisot consigue este
efecto de una forma tan perfecta que el tiempo parece haberse detenido. La
hermana de la artista sujeta la cortina de la cuna con su mano derecha. Morisot
parece querer transmitir al observador la idea de que en cualquier momento Edma
puede moverse y romper la magia de la escena.
Links a
lecturas sugeridas:
2)
Mary
Cassatt. Las labores.
1880-1882. Museo de Orsay, París. Óleo sobre lienzo, 92 x 63 cm
El interés
artístico de Mary Cassatt se centró a lo largo de toda su carrera en la
representación de personas. Las labores es una de las obras más características
de esta pintora. En ella se aprecia la figura en tres cuartos de una chica de
buena familia, sentada en un fresco rincón del jardín. La representación que
realizó Cassatt se caracteriza por el perfecto equilibrio logrado entre la
delicadeza y el detallismo con que están plasmados los rasgos y las manos de la
muchacha, así como la simplicidad casi brusca de los trazos del vestido
levemente azulado.
Links a
lecturas sugeridas:
Sobre el
impresionismo en general pueden consultar en mi blog: http://estudi-arte.blogspot.com/2009/08/caracteristicas-de-la-pintura.html (buscar en etiquetas, hay varias entradas
para impresionismo, este enlace los lleva a una donde se analizan algunas
características generales de la pintura impresionista)
Por último, les comparto estos
libros de mi biblioteca personal en PDF:
1) Paul
Smith, Impresionismo, Ed. Akal. Enlace para descargar:
2) Mayayo,
Patricia, Historias de mujeres, historias del arte, Ed. Cátedra. Sugiero leer
en particular el capítulo 1 (En busca de la mujer artista). Enlace para
descargar:
3) Carlos Reyero, Introducción al arte occidental del siglo XIX, Ed. Cátedra. En el
capítulo 9 se aborda el impresionismo. Pueden descargarlo desde el siguiente
enlace:
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