lunes, 4 de mayo de 2020

El arte en la clase de Historia. Cuarta entrega


EL ARTE EN LA CLASE DE HISTORIA IV

Prof. Mónica Salandrú

Recordamos algunos aspectos prácticos del trabajo con imágenes:

Cuando seleccionamos imágenes como recursos didácticos, al igual que como lo hacemos con los textos escritos, es necesario presentarlas: autor, título, fecha, locación, aspectos técnicos (materiales, medidas, técnica empleada) y cualquier otro dato que se considere oportuno en función de los propósitos para su utilización y del tipo de actividad diseñada.

La selección de imágenes debe formar parte, no sólo de la relación que ella tiene con el tema a analizar, sino con el propósito de educar la mirada. Para que esto ocurra debemos habilitar al máximo las posibilidades del espectador para que éste pueda analizar la carga que contiene, poniéndola en relación con otras imágenes, discursos e interpretaciones de esa realidad. Lo que sabemos afecta el modo en que vemos las cosas. Por esto, es nuestra responsabilidad acercar a los estudiantes la información que le permita interpretarlas dentro de la cultura que la generó. La imagen transmite información en un modo codificado según cada cultura, porque se trata de un producto social e histórico.

“Uno de los propósitos fundamentales de la escuela es enseñar a los alumnos a ver el mundo como seres conscientes y críticos de la realidad.  Para alcanzar este propósito, es necesario analizar las imágenes,  es decir, mostrar cómo han sido armadas,  en qué contexto y con qué supuestos fueron concebidas, por qué lugares han circulado, qué efectos producen, qué información transmiten, qué ideologías  las sustentan, y para esto, con la mirada espontánea no basta… Las tareas de análisis e interpretación de las imágenes tienen el propósito de desarticular su aparente neutralidad u objetividad. Se trata de sumar perspectivas nuevas y más complejas a los modos de ver habituales, de ampliar los universos de significados y sentidos…” Gabriela Augustowsky, El arte en la enseñanza


LA GUERRA FRÍA Y CÁNDIDO PORTINARI. LOS PANELES “LA GUERRA Y LA PAZ”, REALIZADOS PARA EL EDIFICIO DE LA ONU EN NY

Cándido Portinari es un pintor brasileño nacido en el estado de San Pablo, afiliado al Partido Comunista sufrió la persecución en el gobierno de Eurico Gaspar Dutra y debió exilarse en Montevideo entre los años 1947 y 1948. Forja una iconografía nacional brasileña donde destacan figuras populares que reflejan las condiciones de vida de negros, mulatos y familias pobres. El tema principal de su obra es el hombre.

La relación de Portinari con Estados Unidos había comenzado en la década de 1930. En 1935 recibe un premio por su cuadro “Café”, otorgado por el Instituto Carnegie de Pittsburh. En 1940 presenta 180 cuadros en la exposición “Portinari de Brasil” realizada por el MOMA de Nueva York (primera exposición que el museo realiza de un artista latinoamericano). En 1941 la Universidad de Chicago publica “Portinari, su vida y su arte”, primer libro dedicado a la vida y obra del pintor. En 1942 inaugura cuatro grandes frescos, sobre El descubrimiento de América, en la biblioteca del Congreso de EEUU, en Wáshington.

Pero todo este buen relacionamiento acaba en el marco de la Guerra Fría, donde primó la desconfianza ante las posturas ideológicas del pintor sobre la calidad y alcance de su producción pictórica.

Entre 1952 y 1955 pinta dos paneles de 280 m2 (14 metros de alto por 10 de largo, cada uno, óleo sobre madera), encargados por el gobierno de Brasil para regalar a la ONU para su  edificio en Nueva York. En estos paneles, referidos a la guerra y la paz, no aparece representada la guerra con armas y soldados sino a través del sufrimiento de la población civil, que se refleja en las madres con hijos muertos. La paz se simboliza a través del juego de unos niños, el baile de unas jóvenes y del trabajo en el campo.

Los paneles fueron inaugurados en 1957 sin que el pintor pudiese viajar para estar en el evento, ya que el gobierno de Estados Unidos le negó la visa por su afiliación al Partido Comunista. En 2010 fueron retirados y volvieron a Brasil para su restauración. Los paneles fueron exhibidos para el público brasileño en el Teatro Municipal de Río de Janeiro (2010) para luego ser restaurados. Una vez finalizada la restauración, viajaron a San Pablo (2012) y Belo Horizonte (2013) para multitudinarias exposiciones, y previo a su retorno a NY fueron exhibidos en el Grand Palais de París (2014). Volvieron a ser instalados en el edificio de la ONU en 2015, donde se encuentran en la actualidad.







Links a lecturas sugeridas:



http://www.portinari.org.br/ (esta página es para navegar cuidadosamente, remite a mucha información sobre Portinari y sobre cada una de sus obras y a imágenes de toda su producción)

https://proa.org/esp/exhibicion-proa-exposicion-portinari-artista-2.php (el punto de partida es la exposición que sobre Portinari montó la Fundación Proa en 2004, pero navegando en la página se accede a muchos textos periodísticos sobre Portinari y su obra)

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