lunes, 25 de marzo de 2019




El desafío de la comunicación intercultural

La llegada constante de inmigrantes de distintas nacionalidades, muchos de ellos con intenciones de radicarse en nuestro país, es un fenómeno propio de este tiempo al que no es ajeno el ámbito educativo, con un aumento de la inscripción de inmigrantes en instituciones educativas, así como de los pedidos de reconocimiento y reválidas de títulos. En Educación Secundaria existen unos 2000 estudiantes que han llegado recientemente a Uruguay, en su mayoría provenientes de los países de habla hispana del continente. 
Cada inmigrante trae consigo su propia cultura, su idioma, su historia, generando un encuentro cultural que puede resultar enriquecedor tanto para quien llega como para quien lo recibe. En este sentido, la Declaración Universal de la UNESCO sobre Diversidad Cultural en su Artículo 1° sostiene que la misma “constituye el patrimonio común de la humanidad y debe ser reconocida y consolidada en beneficio de las generaciones presentes y futuras”.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM), dependiente de la ONU, propone un enfoque del tema a partir del concepto de interculturalismo en su Guía para el desarrollo y fortalecimiento de habilidades en comunicación intercultural “Migraciones e interculturalidad”, que “intenta reflejar las relaciones entre los distintos grupos culturales que conviven en un mismo espacio social. Además, no sólo reconoce la existencia de la diversidad cultural sino que celebra el encuentro entre culturas y promueve el diálogo entre ellas”. Se plantea “la importancia de poner a prueba siempre, de muchas maneras, nuestros estereotipos en espacios donde la interculturalidad se pone en juego, de tal manera que los prejuicios también pierdan su vigencia y se puedan evitar actos de discriminación en los intercambios interpersonales”.
Algunas de las recomendaciones generales que propone la OIM son las siguientes:
1. Enriquecer la propia competencia comunicativa (verbal y no lingüística) para comunicarse mejor con el recién llegado, que podría estar emitiendo mensajes importantes sin verbalizarlos.
2. Interesarse por la cultura de la otra persona, por su contexto cultural, por su cultura y su modo de apropiación de la lengua, para poder indagar sobre los modos de comunicación que forman parte de su costumbre
3. Reflexionar sobre los contenidos y prácticas de la propia cultura: darse cuenta de que muchas veces trasmitimos valores, ideas del sentido común y conocimientos preconcebidos que no somos conscientes de poner en práctica al hablar, y que si otra persona los desconoce podría no comprender lo que intentamos explicar.
Asimismo, en el ámbito educativo, entre otras sugerencias se propone estudiar las causas de los movimientos migratorios, las formas en que se desarrollan y las consecuencias que tienen en las vidas de sus protagonistas, identificar si se trata de migraciones recientes o de larga data (en este último caso, dar cuenta del aporte histórico que ese colectivo migrante ha realizado a la sociedad de destino), visibilizar a los estudiantes migrantes desde el conocimiento de sus intereses, experiencias y trayectorias particulares, tomándolas como oportunidades de aprendizaje colectivo que enriquecen a todo el grupo, e incluir a las familias como actores valiosos en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Por ejemplo, a cualquier edad siempre será importante lo que tengan para contarnos respecto de su historia familiar y su experiencia de migración.
Sobre estos y otros aspectos relacionados con el fortalecimiento de habilidades en la comunicación intercultural sugerimos el documento de la OIM.

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