A Rodolfo Arotxarena se le conoce como "Arotxa, el de las caricaturas", pero el público prácticamente desconoce su faceta como "pintor", como "artista visual". En 2001 expuso en la Iglesia de San Pedro del Durazno una muestra de pinturas titulada "Caudillos"; exposición que se reiteró al año siguiente en Montevideo, en el Edificio Constitución.
Se podría decir que el Arotxa pintor es muy diferente al Arotxa caricaturista, pero eso no impide reconocer en algunas de sus obras --sobre todo en los paisanos y milicos gauchos-- el trazo cortante, los arañazos y las heridas que se abaten sobre el plano; gestos enérgicos y propios de una técnica que lo identifica desde hace más de cuatro décadas.
A buena parte de esas pinturas, Arotxa agrega nuevos personajes y produce una serie de paisajes que se suman al conjunto de esta inestimable muestra.
El Museo Nacional de Artes Visuales presenta estos "Caudillos silenciosos" para descubrimiento de un autor nuevo y que, sin embargo, es el mismo Arotxa de siempre: un artista que se dispara desde el imaginario nacional criollo y se proyecta hacia un presente perenne."
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