Difundimos breve video desde @aventureros_x_el_mundo "Si, cosas maravillosas”Fue la respuesta que Howard Carter dio a su mecenas, Lord Carnavon, cuando éste, impaciente, le pregunto si veía algo.En noviembre de 1922 Carter, de forma fortuita, dio con los escalones que lo llevarían al descubrimiento arqueológico del siglo. Cuando accedido a la cámara funeraria, a través de un pequeño hueco introdujo una vela con la esperanza de que la tumba no hubiera sido saqueada. Luego de que sus ojos se habituaran a la penumbra, ante él se revelaron estatuas doradas, un tono de oro, carruajes… El sepulcro estaba prácticamente intacto, con un tesoro de más de 5.000 objetos, inédito en la historia de la arqueología. La tumba es pequeña, apenas con espacio para las cinco capillas doradas dispuestas una sobre la otra. En el interior de éstas, un enorme sarcófago tallado en un bloque de cuarcita contenía tres ataúdes. Tan ajustado es el espacio, que vemos cómo parte de una de las paredes debió ser toscamente removida para permitir el ingreso de las capillas. Las decoraciones de sus paredes son llamativamente grandes, como si no hubieran contado con el tiempo suficiente. De hecho, los hongos que manchan sus paredes, se cree que son consecuencia de que fue sellada con la pintura aún fresca. Los murales representan los rituales realizados en honor del soberano: el ritual de apertura de la boca”; Tutankamon en vida, recibido por Nut, la diosa del cielo. En otra escena vemos ,por separado al faraón y a su fuerza vital, Ka, abrazando a Osiris. Doce babuinos en cuclillas, representan las doce horas nocturnas que deberá pasar el joven faraón en su viaje hacia el Más Allá. Luego de tres milenios bajo las arenas, el faraón niño es sin dudas un de los más conocidos. A pesar de su corto e intrascendente reinado, despertó la fascinación del mundo por Egipto y se ha convertido en ícono de la cultura de masas. No es necesario ser egiptólogo para reconocer el rostro de su máscara funeraria y sus exposiciones atraen grandes masas..."
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