El desafío de la comunicación intercultural
La llegada constante de inmigrantes de distintas nacionalidades,
muchos de ellos con intenciones de radicarse en nuestro país, es un
fenómeno propio de este tiempo al que no es ajeno el ámbito educativo,
con un aumento de la inscripción de inmigrantes en instituciones
educativas, así como de los pedidos de reconocimiento y reválidas de
títulos. En Educación Secundaria existen unos 2000 estudiantes que han
llegado recientemente a Uruguay, en su mayoría provenientes de los
países de habla hispana del continente.
Cada inmigrante trae consigo su propia cultura, su idioma, su
historia, generando un encuentro cultural que puede resultar
enriquecedor tanto para quien llega como para quien lo recibe. En este
sentido, la Declaración Universal de la UNESCO sobre Diversidad Cultural
en su Artículo 1° sostiene que la misma “constituye el patrimonio común
de la humanidad y debe ser reconocida y consolidada en beneficio de las
generaciones presentes y futuras”.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM), dependiente
de la ONU, propone un enfoque del tema a partir del concepto de
interculturalismo en su Guía para el desarrollo y fortalecimiento de
habilidades en comunicación intercultural “Migraciones e
interculturalidad”, que “intenta reflejar las relaciones entre los
distintos grupos culturales que conviven en un mismo espacio social.
Además, no sólo reconoce la existencia de la diversidad cultural sino
que celebra el encuentro entre culturas y promueve el diálogo entre
ellas”. Se plantea “la importancia de poner a prueba siempre, de muchas
maneras, nuestros estereotipos en espacios donde la interculturalidad se
pone en juego, de tal manera que los prejuicios también pierdan su
vigencia y se puedan evitar actos de discriminación en los intercambios
interpersonales”.
Algunas de las recomendaciones generales que propone la OIM son las siguientes:
1. Enriquecer la propia competencia comunicativa (verbal y no
lingüística) para comunicarse mejor con el recién llegado, que podría
estar emitiendo mensajes importantes sin verbalizarlos.
2. Interesarse por la cultura de la otra persona, por su contexto
cultural, por su cultura y su modo de apropiación de la lengua, para
poder indagar sobre los modos de comunicación que forman parte de su
costumbre
3. Reflexionar sobre los contenidos y prácticas de la propia cultura:
darse cuenta de que muchas veces trasmitimos valores, ideas del sentido
común y conocimientos preconcebidos que no somos conscientes de poner
en práctica al hablar, y que si otra persona los desconoce podría no
comprender lo que intentamos explicar.
Asimismo, en el ámbito educativo, entre otras sugerencias se propone
estudiar las causas de los movimientos migratorios, las formas en que
se desarrollan y las consecuencias que tienen en las vidas de sus
protagonistas, identificar si se trata de migraciones recientes o de
larga data (en este último caso, dar cuenta del aporte histórico que ese
colectivo migrante ha realizado a la sociedad de destino), visibilizar a
los estudiantes migrantes desde el conocimiento de sus intereses,
experiencias y trayectorias particulares, tomándolas como oportunidades
de aprendizaje colectivo que enriquecen a todo el grupo, e incluir a las
familias como actores valiosos en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Por ejemplo, a cualquier edad siempre será importante lo que tengan para
contarnos respecto de su historia familiar y su experiencia de
migración.
Sobre estos y otros aspectos relacionados con el fortalecimiento de
habilidades en la comunicación intercultural sugerimos el documento de
la OIM.